viernes, 29 de abril de 2016

LA CONCIENCIA MORAL COMO UN REQUISITO PARA EL MATRIMONIO ECLESIÁSTICO

INTRODUCCIÓN

 De acuerdo con el Derecho canónico que señala que el matrimonio eclesiástico es una alianza indivisible entre un hombre y una mujer,  también se debe considerar   la conciencia moral como un requisito para el matrimonio eclesiástico,  ya que esta actúa como una voz que guía el actuar tanto del hombre como de la mujer, en las decisiones que tomaran para llevar una vida en común orientada a amar y respetar a su cónyuge.

DESARROLLO

Al respecto de la conciencia moral el Catecismo de la Iglesia católica señala que la conciencia es el acto por medio del cual el hombre razona sus actuaciones, para por medio de ello evitar el mal y hacer el bien. Cuando escucha la conciencia moral, el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla, y de este modo crea un vínculo entre la dignidad humana y la conciencia  moral, el punto de conexión radica en que el buen actuar de la persona está incluido en la dignidad de la misma, la persona debe estar en base a lo justo y lo bueno  siempre y cuando este amparado en Dios y en la ley, esto ocasiona que la persona sea temeraria de Dios y así pueda actuar de mejor manera ante el mundo dando resultados divinos y un matrimonio adecuado
 La conciencia moral es intrínseca del ser humano, la cual  puede adaptarse para que sea buena o para que sea mala, la educación  es la base de  la adecuada conciencia recta y veraz  la misma  que se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. Se ve asistida por los dones del Espíritu Santo y ayudada con los consejos de personas prudentes. Además, favorecen mucho la formación moral tanto la oración como el examen de conciencia. Es decir que la base de un matrimonio eclesiástico que mantenga la unión con Dios y que cumpla con su palabra, tendrán en el futuro, frutos agradables a la vista de Dios y del mundo, siendo un ejemplo adecuado para sus hijos y para la sociedad en sí.
La conciencia sigue tres reglas:

·       Nunca está permitido hacer el mal para conseguir el bien.
·       Has todo lo que quieras que los hombres  te hagan a ti.
·       La caridad supone siempre el respeto del prójimo y la conciencia permite aceptar lo bueno sobre lo malo.
El hombre siempre debe obedecer  al juicio cierto de su  propia conciencia, la cual, sin embargo, puede también emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto, esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.

CONCLUSIÓN


Finalmente la  conciencia moral es un  requisito fundamental  del matrimonio eclesiástico,  ya que del obrar de cada uno dependerá que la relación se fortalezca o debilite dentro del vínculo matrimonial.   Siendo que la conciencia y sobre todo el temor a Dios harán que nuestros actos estén siempre enmarcados en lo que moralmente acepta la sociedad, pero sobre todo lo que ante los ojos de Dios es correcto.  Para de este modo llegar a formar verdaderos hogares donde prevalezca el respeto, el amor, la fidelidad y el ejemplo para nuestros hijos.

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